ANTECEDENTES TRIBUTARIOS EN PARAGUAY
Historia y conciencia
impositiva Los impuestos nunca fueron en el pasado el resultado de un pacto
democrático fiscal, donde la sociedad decidió cuánto debe tributar y para qué
cosa. Primero fueron una imposición colonial; luego fueron casi irrelevantes,
sea porque el Estado vivía de la renta de sus propiedades sea porque no tenía
responsabilidad social. Cuando creció la recaudación, fue en forma extorsiva.
Y, recientemente, cuando se hizo un pacto éste no fue cumplido sino burlado. La
gran estafa a la ciudadanía fue ejecutada por el Parlamento, que después de
aprobar el Impuesto a la Renta Personal posterga su aplicación desde hace ocho
años, motivado por interés contingente e influido por lobbies plutocráticos.
COLONIA E INDEPENDENCIA
El sistema colonial era un sistema de dominación asimétrica, donde la
metrópolis se reservaba el poder y el derecho a cobrar tributo, que no
beneficiaba al contribuyente sino a sí misma. Este sistema fue tenido como
injusto desde el final del siglo XVII. Porque las colonias de Norte América
pagaban impuesto y no votaban en el Parlamento Británico, se desencadenó la
independencia de los Estados Unidos.
Paraguay se independizó
de España y del Virreinato rebelándose contra la tributación injusta.
Fulgencio R. Moreno menciona a los impuestos que gravaban la
provincia del Paraguay: 2 reales por entrada de cada tercio de yerba; 2 reales
por salida del mismo producto, no siendo para Buenos Aires; 2 reales por
entrada de cada arroba de tabaco y de azúcar, y 1 real y medio por el mismo
concepto de cualquier carga de foráneo (sisas para las obras de fortificación
de Buenos Aires y Montevideo); 6 reales por entrada de cada tercio de yerba; 6
reales por su salida, no siendo para Buenos Aires; 4 reales por entrada de cada
arroba de tabaco. De este modo, por ambos derechos se cobraba, seis reales por
cada arroba de tabaco para Santa Fe y Buenos Aires, cantidad entonces igual a
su precio en el mercado de Asunción. La yerba pagaba a su vez 16 reales por
cada tercio destinado al Perú o a Tucumán. Un tercio contenía 7 arrobas, de las
que cada una estaba valuada en 4 reales en el Paraguay. De modo que la yerba se
gravaba más o menos en un 60% sobre su valor. El congreso del 17 de junio de
1.811, que nombró la Junta Superior Gubernativa compuesta por Fulgencio Yegros,
José Gaspar Rodríguez de Francia, Pedro Juan Caballero, Francisco Xavier
Bogarín y Fernando de la Mora, estableció que se dejaría de pagar a Buenos
Aires los impuestos de Sisa y Arbitrio por cada tercio de yerba Paraguaya y da
por extinguido el Estanco (monopolio estatal) del Tabaco. La ruptura colonial
es la ruptura contra la tributación injusta. REPUBLICA En el viejo Paraguay
casi no había Estado salvo la milicia, que no era remunerada. José G. Rodríguez
de Francia disminuyó los impuestos internos y estatizó el comercio exterior.
Como esa administración vivía principalmente de la propiedad pública, descuidaba
los tributos. Sus sucesores desmonopolizaron el comercio internacional y cobraban
más impuestos aduaneros, pero las rentas públicas se originaban
fundamentalmente en la renta de la propiedad del Estado. 10 En el Paraguay
liberal el Estado se financiaba con los cobros de las aduanas y un tiempo con
la venta de propiedades del Estado; un Estado mínimo que apenas tenía una
policía, ya que el Ejército había sido desmantelado con la Guerra Grande. En
vísperas de la guerra del Chaco, el Estado recaudaba a través del cambio de
divisas y comenzó a crecer de cara a ese conflicto. Con las dictaduras
militares anticomunistas del siglo XX se aumentaron impuestos. Alfredo
Stroessner llegó a establecer hasta 126 impuestos al mismo tiempo, con un
sinnúmero de exenciones. Era fácil imputar incumplimiento fiscal al adversario
político y conceder exención al amigo del gobierno. Los bajos montos de
tributación, poco más del 8% de presión tributaria, no daban para gasto social
ni inversión física. Esta se realizaba con empréstitos internacionales o
donaciones políticamente condicionados por los Estados Unidos. El 61% de lo
recaudado era de impuestos indirectos, el 35% era de impuestos directos. Con la
transición democrática, que coincide con el auge mundial neoconservador, hubo
una reforma fiscal (1991) que simplificó los impuestos de 126 a 8, de los cuales
4 producen recaudación, pero no hubo casi inversión social ni en
infraestructura. Con la consolidación democrática y con el decline de la
hegemonía conservadora a escala mundial, se implantó una segunda reforma (2004)
que buscaba universalizar los impuestos y compensar su regresividad, ya que el
74% de la tributación era indirecta. Formalmente, se implantó el impuesto a la
Renta Personal, con un amplio consenso y un gran pacto político y social. Desde
entonces, el Parlamento posterga su vigencia. Hay impuesto directo a la
empresa, no a las personas.
Fuente; CULTURA TRIBUTARIA, JOSE C.RODRIGUEZ AÑO 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario